Luz
La luz es fundamental para que el jazmín obtenga energía y de esta forma pueda desarrollarse y mantener la intensidad de su color.
Al ser está planta originaria de una zona con clima cálido, lo mejor es mantenerla cerca de una ventana si se encuentra dentro de casa.
El jazmín es tan adaptable que puede sobrevivir y crecer incluso sin recibir luz directa del sol, sin embargo, bajo esta condición no se dará la floración.
Temperatura
El jazmín puede prosperar en un rango de temperatura bastante amplio, aunque es una planta que no tolera las heladas. Con la llegada del invierno, se recomienda que la planta sea protegida dentro del hogar.
Su termotolerancia suele ubicarse en el rango de entre 36 °C a – 3 °C, siendo la temperatura más fría tolerada por periodos de tiempo breves.
Recordemos que mantener al jazmín de forma constante en temperaturas bajas, puede inhibir la floración al llegar el clima cálido.
Suelo
El jazmín, definitivamente es una planta que puede sobrevivir en casi cualquier tipo de suelo. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que jamás debe ser cultivado en suelo arcilloso.
Los suelos arcillosos son sustratos que absorben agua por naturaleza y las raíces del jazmín no pueden mantenerse húmedos constantemente debido a que se deterioran.
En este caso, el cultivo en maceta demanda el uso de tierra con grava o piedrecillas para evitar el encharcamiento.
Poda
La poda en el momento preciso es un factor que determina la calidad del desarrollo del jazmín. De esta manera, se recomienda realizar la poda al final del invierno para buscar una mayor floración durante la primavera.
La poda estimula el crecimiento y la floración del jazmín, además de que permite ir dándole forma, especialmente cuando se trata de una especie trepadora.
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